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El 8 de diciembre de 1983, la ciudad peruana de Cuzco y el santuario Inca de Machu Picchu fueron declarados bienes culturales de la Humanidad por la UNESCO. Más de cuatro décadas después, es urgente tomar acciones por parte del gobierno peruano para revivir el lugar como atractivo turístico, pues se calcula que las pérdidas por venta de boletos sumarían 770 millones de soles.
Entre enero y agosto del 2025, el movimiento de pasajeros superó en 700 mil los niveles de 2019 y, a setiembre, los arribos de turistas extranjeros a hospedajes aumentaron 12,9%. Además, a octubre de 2025 la venta del Boleto Turístico para los principales atractivos de la región creció 19,6% versus similar periodo de 2019, según revela un informe del diario El Comercio, de Perú.
Pero el caso de Machu Picchu es preocupante: las visitas no han podido recuperar el nivel máximo de 1,6 millones alcanzado en 2019 y, según estimaciones del IPE, se encuentran 24,8% por debajo de lo esperado según la tendencia prepandemia, lo que representa una pérdida de 5,5 millones de turistas desde 2020, de los cuales el 95 por ciento son extranjeros.
La crisis
En julio de 2025, Perú anunció que mantendría el ingreso controlado de visitantes a Machu Picchu, uno de los principales atractivos turísticos del país: un aforo máximo de 5.600 personas diarias. Esta decisión se mantendrá mientras se realiza un estudio técnico sobre la capacidad del sitio arqueológico.
Protestas en Machu Picchu. Foto:@paularodiguez1
Un mes antes, el ícono turístico peruano fue incluido en una lista internacional de destinos que “ya no valen la pena visitar” elaborada por el portal Travel and Tour World (TTW).
La ciudadela incaica aparece junto a lugares emblemáticos como Venecia, Bali y Santorini, en una selección que denuncia los efectos del turismo masivo, los altos costos y el impacto negativo sobre el patrimonio cultural y natural.
TTW argumentó que Machu Picchu enfrenta una crisis de gestión que ha llevado a una saturación crítica de visitantes. La Contraloría General de la República del Perú alertó en mayo que el ingreso de turistas supera frecuentemente los límites técnicos.
Se han documentado más de 700 personas al día en una sola ruta, cuando el máximo permitido es de 450, y rutas como el Camino Inca han recibido hasta 695 visitantes diarios.
A ello se suman los cuellos de botella en el transporte. El fin de la concesión de buses de la empresa Consettur en septiembre desató protestas y bloqueos viales que dejaron varados a cientos de turistas. Además, la creciente inseguridad en el país ocasionó que, entre enero y noviembre, EE. UU. emitiera 13 alertas de viaje por motivos de seguridad como manifestaciones, paros y estados de emergencia, lo que desincentiva la llegada de visitantes.
Las acciones
Moira Novoa, viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, desde el año pasado se han implementado rutas nuevas en la región, por lo que es clave hacer un nuevo estudio que permita saber si es posible incrementar el número de aforo. Este análisis se está haciendo en conjunto con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
Se incrementará el aforo de 3.044 a 4.044 personas en la ciudadela de piedra, Foto:Jaiver Nieto. EL TIEMPO
Novoa confirmó que la venta de los boletos para visitar este atractivo seguirá siendo presencial, aunque se ofrecerá información en tiempo real para que los turistas conozcan la disponibilidad antes de ir al lugar.
Por otro lado, aseguró que la conservación de Machu Picchu no ha recibido ninguna observación por parte de la Unesco y que su valor patrimonial se mantiene intacto. «Nosotros tenemos la responsabilidad y la función de preservar nuestra maravilla del mundo», resaltó.
*Con información de El Comercio (Perú)- GDA y Agencia EFE
Publicado por Autor El Tiempo